Cuando ni la resistencia de la
piel ni los procesos inflamatorios son eficaces en la inhibición de los
organismos patógenos, en la sangre se produce una serie de procesos de defensa
que participan específicamente sobre un determinado tipo de microorganismo.
En este proceso intervienen los
linfocitos, tipo de glóbulos blancos especializados en:
· Reconocimiento del agente extraño
· Destrucción del agente extraño y células
infectadas
· Almacenamiento de información
sobre el agente extraño.
Tenemos dos tipos de linfocitos
los B y los T
Los linfocitos B se pueden dividir
y diferenciar en dos tipos de células:
· Células plasmáticas: encargadas de
la producción de anticuerpos específicos para cada agente patógeno.
· Células memoria: guardan la
información de la presencia de ese
agente patógeno y se activa si tienen un encuentro posterior con ese agente.
Los linfocitos T se pueden
clasificar en:
· Linfocitos T citotóxicos:
encargados de destruir células infectadas por virus o bien microorganismos
presentes en el organismo.
· Linfocitos T colaboradores: son
los encargados de activar a los linfocitos B y a los linfocitos T citotóxicos.
· Linfocitos T supresores:
encargados de detener los procesos de defensa una vez que los agentes patógenos
han sido eliminados.
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